The Fighter: Actor de Reparto (Christian Bale), Actriz de Reparto (Melissa Leo)
La Red Social: Guión Adaptado, Banda Sonora Original, Mejor Montaje.
Alicia en el País de las Maravillas: Dirección de Arte, Diseño de Vestuario.
In a Better World (Dinamarca): Película de habla no Inglesa. Toy Story 3: Película de Animación, Canción Original (We Belong Together) El Hombre Lobo: Maquillaje Inside Job: Documental The Lost Thing: Cortometraje de Animación God of Love: Cortometraje de Ficción Strangers No More: Cortometraje Documental
Darren Aronofsky nos vuelve a deleitar con una nueva historia de obsesión, demencia y ambición en esta película que está nominada a 5 Óscar y que creemos que se merece más de uno.
Como anteriormente, el director usa una estética propia, donde la música es un personaje más, y donde hace un uso de las imágenes para crear en el espectador inquietud y desasosiego a un ritmo trepidante.
La historia nos cuenta cómo Nina (Natalie Portman), bailarina de una compañía de ballet de Nueva York, se hace con el papel de Reina Cisne, papel protagonista del Lago de los Cisnes, en la nueva temporada tras la marcha de su anterior interprete Beth MacIntyre (Winona Ryder). Ella es la candidata perfecta para interpretar el Cisne Blanco, tímida, dulce y disciplinada.
Pero no todo es un camino de rosas, ya que Nina, ya de por sí muy exigente consigo misma, tiene la presión del director de la obra, que no dudará en manipularla para que muestre su lado más salvaje y oscuro, y lo utilice en la interpretación del Cisne Negro. Además la madre de Nina, bailarina retirada, proyectará sus frustraciones en su hija exigiéndola, aunque no deliveradamente, que cumpla con su sueño en la obra. A todo esto, se le une la llegada de Lily, bailarina de los Angles que viene ha hacer una suplencia, y que representa por si sola todo lo que supone ser el Cisne Negro.
Todo esto unido hará que Nina entre en una espiral de autodestrucción, intentando conseguir la perfección, que provocará que sus miedos, dudas y paranoias se conviertan en realidad.
10/10. Imprescindible película con soberbias interpretaciones (Natalie Portman se merece el Óscar) que te mantendrán pegado al butaca todo el rato.
Éstas fueron las horas que pasó Aaron Ralston, alpinista estadounidense, con un brazo atrapado bajo una roca en Blue John Canyon, Utha, en 2003. Y esta es la historia que nos cuenta Danny Boile (Slumdog Millionaire) basándose en el libro que escribió Aaron un año después de su traumática experiencia.
La película nos hace partícipes de los angustiosos días (5 dias y algo) que el alpinista estuvo atrapado, cómo se le van acabando los suministros de comida y bebida y cómo, en ocasiones, va perdiendo la cabeza. Aunque la mayor parte del tiempo estaremos a solas con James Franco, en el muy bien interpretado papel de Aaron Ralston, podremos ver pequeños fragmentos de su vida, desde que era pequeño, hasta lo que le pasó horas antes del accidente, a través de flashbacks, para entender cómo se sintió durante su calvario.
Destacar la fotografía magistral de esta película con unos paisajes espectaculares y colores que nos muestran el estado anímico del protagonista. También se han utilizado diferentes formatos de grabación, desde una cámara de vídeo doméstica, cámaras de fotos o la forma habitual, todo esto para acercarnos más al personaje y empatizar con él.
Decir que en principio puede parecer una especie de Buried (Enterrado), pero no se parecen en nada ambas películas. Danny Boile ha centrado su película en el drama y no en el misterio o la angustia (aunque algo de angustia sí se siente) y nos deja un mensaje claro: nunca ir solos de escalada o, si lo haces, decir siempre a alguien a donde vas a estar.
Valoración:
8/10. Buen drama, aunque algunas imágenes pueden ser un poco fuertes para los más sensibles. Muy recomendable.
"No me he enterado de nada" esa es la tónica general que sentía la gente que fuimos a ver esta última parte de Saw, y es que, han intentado darle un giro muy radical a la historia, tanto, que se han dejado muchos flecos, interrogantes e incoherencias por el camino. Siempre he sido gran defensor de esta saga frente a la gente que la criticaba por sus grandes dosis de casquería, sangre y retorcidas trampas alegando la genialidad del guión que, hasta esta parte, tenía unos giros sorprendentes que hacían que uno quisiera saber cómo continuaba esta historia. Esta vez ese argumento no es válido ya que el guión deja mucho que desear.
Como pasa en la mayoría de las películas de los últimos tiempos, el 3D se hace innecesario, sobre todo, teniendo en cuenta los precios de las salas. En determinados momentos hace que sea curioso ver cómo las partes del cuerpo de alguna pobre víctima de Jigsaw salen de la pantalla pero la película no gana puntos por unirse a la moda del las tres dimensiones.
El carisma de Tobin Bell queda relegado a un muy segundo plano dejando de lado los motivos por los que hacía todo esto y dar una lección a sus víctimas, que no eran unos angelitos, la verdad. La curiosidad de la cinta viene dada por Chester Bennington, cantante de Linkin Park, que hace de un skinhead en una escena descartada en las otras partes ya que los productores la encontraban demasiado fuerte, parece ser que no lo era para ésta.
Como he dicho antes, esta séptima parte de Saw nos ha dejado perplejos ya que todas sus virtudes se han visto minimizadas comparadas con lo que había sido la tónica general de sus antecesoras. Han prometido que esta Saw VII va a ser la última de la saga, pero viendo el final, lo pongo en duda. Todo dependerá de la recaudación que consiga, aunque como seguidor fiel, me niego a creer que puedan cerrar esta obra maestra del cine de terror con una conclusión tan desconcertante, incoherente y fuera de todo sentido. Esperemos que se lo piensen y que le den un fin mucho más digno.
Valoración:
6/10. Como película de terror es una de las mejores, aunque vista la saga al completo, es de las partes más flojas.
Este es el título original de "La Trampa del Mal", primera película de lo que será una serie de varias películas o crónicas, como su nombre original dice, basadas en historias creadas por el director M. Night Shyamalan.
La película nos cuenta cómo cinco desconocidos se quedan encerrados en un ascensor, pero esto no les sirve para hacerse amigos, sino que las apariencias engañan y, tras la normal apariencia de uno de ellos, se esconde el mismísimo Demonio que quiere jugar de manera truculenta con el resto de pasajeros. Por otro lado, un policía con pasado traumático intenta ayudarles desde el exterior encargándose del caso de manera casual, ¿o no tan casual?
El director, John Erick Dowdle, nos cuenta así una historia del misterioso Shyamalan, que nos deja un poco fríos al salir del cine, pensando que podría haberle sacado mucho más jugo a la trama. Consigue lo que se propone en el aspecto de sospechas sobre quién es el Diablo, haciendo que pensemos mal de todos los personajes en algún momento, pero esa no definición clara hacia uno u otro género (terror puro y duro o suspense light) hace que la película sea sosa. El giro de guión tan típico de Shyamalan al final de la película nos deja un poco fríos ya que no consigue que nos sintamos identificados con ningún personaje. Sustos, pocos y entretener, entretiene pero no es una de las mejores del género.
Valoración:
5/10. Para un día que no sabes qué hacer y te apetece algo de misterio en tu vida.
